En esa nada llena de agujeros...

Si la lluvia fuera pan,
podría comerla mientras se desmigaja
y desciende desde alturas incomprensibles,
lenta, sudorosa, grave y espantada
y se cuela por el aire, y lo corta en jugosos pedazos insustanciales,
hasta caer y explotar contra la tierra.
Sería difícil encontrar lugar en el estómago
para tanto pan innecesario,
sería una tortura no poder mojarse
bajo la lluvia-pan.
Y si cuelgan las nubes de la nada
y me enmarcan en grises paisajes
que parecen tan sucios, que me vuelven tan sucia
desde la fina hilera de pensamientos sufragando la tristeza
la incomprensión, querer siempre ir más allá
y descubrir a veces enormes muros de realidad
o de millones de gotas-panes que no puedes comerte
que te superan, que se escapan como los pájaros del refrán,
porque el poder no es ilimitado ni querer es poder
ni la vida tiene sentido ni procurar dárselo tiene un resultado
ni la verdad es susceptible de poseerse ni mi intención es encontrarla
pero no estaría mal hallar algún pilar hallarse en algún punto en alguna certeza
no flotar tanto en tanta nada nada nada.